RECONOCIMIENTO DEL ANTÍGENO
autólogos, constituyen el grupo importante de enfermedades autoinmunitarias
que haya un lapso de 1 - 2 días para que se expresen.
las reacciones alérgicas y pseudoalérgicas inmediatas.
Los estudios de población indican varias asociaciones genéticas en las endocrinopatías autoinmunes, así como Diabetes mellitus, anemia perniciosa, miastenia gravis, atrofia adrenal, Síndrome de Sjögren, lupus eritematoso sistémico, artritis reumatoidea y púrpura trombocitopénica; de ellas las más significativas se dan en relación con el complejo HLA, que contiene genes que controlan la capacidad del individuo para producir una respuesta inmunológica cuando se exponen antígenos extraños.
Se ha consolidado el concepto de la enfermedad de Graves como una enfermedad órgano específica caracterizada por respuestas inmunes (autoanticuerpos) hacia tres diferentes autoantígenos tiroideos: la tiroglobulina (Tg), la peroxidasa tiroidea (TPO) y el receptor de TSH (TSHR). La estimulación inadecuada de este receptor en la tiroides puede conducir a una hiperfunción (hipertiroidismo) con o sin hiperplasia (bocio), así como a una proliferación(adenoma).
En el inicio de cualquier reacción inmune, las células T deben interactuar con un complejo formado por el antígeno y una molécula HLA. Las células T de tipo CD4 o colaboradoras (helper) reconocen a los antígenos que forman complejos con moléculas de HLA clase II (DR, DP,DQ), mientras que las de tipo CD8 o supresoras reconocen a los antígenos combinados con moléculas HLA tipo I (A,B,C).
El hecho de que los autoanticuerpos TSHR sean detectables sólo en pacientes con enfermedad tiroidea autoinmune indica que estos autoanticuerpos son específicos de la enfermedad tiroidea, en contraste con la elevada prevalencia de TgAb y TPOAb en la población normal. Los autoanticuerpos TSHR son únicos de la especie humana (TSHRAb o TRAb).
Patología Humana. Robbins. Ed. Elservier. 7a Edición. 2004.
María Rosa Moya-Quiles
Reacciones de hipersensibilidad.
Cuando un antígeno irrumpe por primera vez en el organismo, la frecuencia de células del sistema
inmune con capacidad de reconocerlo es muy baja, requiriendo que este, sea procesado
por células presentadoras de antígeno (APC) tales como macrófagos, células dendríticas y de Langerhans, o linfocitos B
Cuando esto ocurre, el linfocito T se activa y prolifera, colaborando con los linfocitos B en la producción de inmunoglobulinas o
bien, transformándose en los efectores de las respuestas de hipersensibilidad retardada
A partir de entonces, el individuo queda inmunizado contra el antígeno o, en el caso de las reacciones alérgicas,
Una vez que se produce la sensibilización, el individuo permanece asintomático hasta que se produzca una nueva exposición al alergeno contra el que se sensibilizó. En ese momento, la reacción del alergeno con el anticuerpo específico o linfocito T efector provocará una respuesta inflamatoria, y los síntomas y signos de una reacción alérgica|
Se ha observado que los antígenos que desencadenan reacciones de hipersensibilidad inmediata (alergias) suelen ser proteínas o sustancias químicas unidas a proteínas a las que el individuo atópico está expuesto de manera crónica
Curiosamente, muchos alergenos potentes como la cisteína proteasa del ácaro del polvo doméstico, o la fosfolipasa A2 del veneno de abejas son
Debido a que las reacciones de hipersensibilidad inmediata son dependientes de células T, los antígenos independientes de células T, como los polisacáridos, no pueden desencadenar estas reacciones a menos que estén unidos a proteínas.
Algunos fármacos no proteicos como la penicilina a menudo desencadenan respuestas intensas de IgE, ya que dichos fármacos reaccionan químicamente con aminoácidos de proteínaspropias, formando conjugados haptenotransportador.
VÍAS INMUNOLÓGICAS IMPLICADAS EN LAS REACCIONES DE HIPERSENSIBILIDAD
Entre las vías inmunológicas inductoras de inflamación actualmente reconocidas, tres diferentes son responsables de las enfermedades alérgicas:
(1) vía de IgE,
(2) vía de IgG o IgM Inmunocomplejos-Neutrófilos
(3) vía del linfocito T-efector-linfoquinas.
(4)Un cuarto mecanismo, con significación clínica desconocida en humanos es la Hipersensibilidad mediada
por Basófilos cutáneos, que describiremos brevemente.
Existen distintos sistemas de clasificación
De acuerdo con Gell y Coombs, las reacciones alérgicas pueden clasificarse en cuatro tipos I-IV, dependiendo el tiempo transcurrido desde que un nfermo sensibilizado entra en contacto
con el alergeno y comienza la reacción inmunológica ue provoca la inflamación, y el tipo de respuesta inflamatoria implicada.
Así, si la reacción ocurre en unos pocos
minutos se denomina de tipo-I o de hipersensibilidad inmediata, alergia o; si los síntomas comienzan después e horas, atopia" de tipo-II o III y se denomina "reacción e hipersensibilidad tardía" y si aparece espués de días, de tipo IV y se considera omo una "reacción de hipersensibilidad retardada"
No solo los antígenos exógenos pueden desencadenar reacciones inmunitarias nocivas para los tejidos, sino que también pueden hacerlo los antígenos intrínsecos del organismo. Muchas de los enfermedades inmunitarias más importantesse deben a antígenos intrínsecos del ser humano. Algunas reacciones inmunitarias contra el propio organismo son desencadenadas por antígenos homólogos,distintos en las personas con carga genética diferente. Las reacciones transfusionales y el rechazo de los injertos son ejemplos de trastornos causados por antígenos homólogos. Otro tipo de enfermedades, las debidas a antígenos En algunas reacciones del organismo se produce daño de origen inmunológico el cual puede ser producido por anticuerpos o células y así fueron clasificados inicialmente las R-HS. Este daño se debe a que el organismo ya conocía el antígeno, o sea se había sensibilizado y ante una nueva llegada de él se establece una reacción exagerada, y dañina o de hipersensibilidad. Estas reacciones pueden ser inmediatas, o tardías, y esto constituye otra manera de dividirlas, según que las manifestaciones sean en minutos u horas después de la exposición; o, ya sea En la enfermedad de tipo I, la respuesta inmunitaria libera sustancias vasoactivas y espasmogénicas, que actúan en los vasos y el músculo liso, y citocinas proinflamatorias, que atraen a las células inflamatorias.
En los trastornos de tipo II, los anticuerpos humorales participan directamente en la lesión de las células, predisponiéndolas a la fagocitosis o la lisis. Los trastornos de tipo III son como enfermedades por inmunocomplejos, en las que los anticuerpos humorales se unen a los antígenos y al complemento activado. A continuación, las fracciones del complemento atraen a los neutrófilos, que son los que provocan la lesión del tejido a través de la liberación de enzimas lisosómicas y la producción de radicales libres tóxicos.
Los trastornos de tipo IV suponen una lesión del tejido en la que las respuestas inmunitarias de tipo celular por los linfocitos T sensibilizados son las que producen la lesión celular e hística.
Los trastornos de Tipo V En estos casos los anticuerpos están dirigidos hacia los receptores la superficie celular, pudiendo alterar y modificar la función sin causar lesiones tisulares ni inflamación. Un ejemplo clásico es la enfermedad de Basedow-Graves en que existe hipertiroidismo por actividad estimulatoria de sus células. Esta hipersensibilidad es producida por un IgG tiroestimulante, conocida antiguamente como estimulador tiroideo de acción prolongada. El anticuerpo es anti-receptor de TSH y al unírsele simula la acción de la TSH.
HIPERSENSIBILIDAD DE TIPO I: TIPO ANAFILÁCTICO.
hipersensibilidad de tipo I está mediada por anticuerpos de clase inmunoglobulina E (IgE) formados en respuesta a un antígeno determinado (alérgeno) y que se unen a los mastocitos y a los basófilos.
La síntesis de los anticuerpos IgE depende en gran medida de la inducción de las células T colaboradoras CD4+ del tipo TH2.
La interleucina-4 (IL-4) producida por las células TH2 es esencial para la síntesis de la IgE, mientras que la IL-3, la IL-5 y el factor estimulador de la formación de colonias de granulocitos y macrófagos (GM-CSF) favorecen la producción y la supervivencia de los eosinófilos.
Cuando las personas sensibilidades sufren una nueva exposición al alérgeno, éste se une a la IgE y hace que ésta forme enlaces cruzados sobre los mastocitos, son las consiguientes:
Liberación (desgranulación) de vesículas preformadas que contienen mediadores primarios y nueva síntesis de mediadores secundarios.
Existen otros diversos estímulos físicos y químicos que también pueden desencadenar la desgranulación, entre los que se encuentran:
_ Los fragmentos C3a y C5a del complemento (ana_lotoxinas).
_ Algunos fármacos (codeína, morfina).
_ La melitina (integrante del veneno de las abejas).
_ La luz solar.
_ Los traumatismos.
_ El calor.
_ El frío.
En muchos casos de hipersensibilidad de tipo I, pueden distinguirse dos fases:
1. Una respuesta inicial (rápida), que aparece a los 5-30 minutos a partir de la reexposición y que cede en 30 minutos:
2. La segunda fase (retardada), que se establece 2 a 8 horas después (sin un nuevo contacto con el antígeno), dura unos días y se caracteriza por una intensa infiltración de células inflamatorias y lesión del tejido.
Los mediadores primarios de los mastocitos provocan la reacción inicial rápida.
Estos mediadores son:
_ Aminas biógenas (histamina), que producen contracción del músculo liso bronquial, aumento de la permeabilidad vascular e incremento de la secreción de las glándulas mucosas.
_ Mediadores quimiotácticos (factores quimiotácticos de los eosinófilos y de los
neutrófilos).
_ Enzimas contenidas en la matriz de los gránulos (quimasa, triptasa), que, actuando sobre las correspondientes proteínas precursoras, producen cininas y complemento activado.
_ Proteoglucanos (heparina).
Los mediadores secundarios son de dos clases:
1. Mediadores lipídicos que son los siguientes:
_ El leucotrieno B4 de gran poder quimiotáctico para los neutrófilos, los monocitos y los eosinófilos.
_ Los leucotrienos C4, D4 Y E4 son cien veces más potentes que la histamina en relación con el aumento de la permeabilidad vascular y la concentraci ón del músculo liso bronquial. Además, producen un importante aumento de la secreción de las glándulas mucosas.
_ La prostaglandina D2 da lugar a un intenso broncoespasmo, vasodilataci ón y secreción de moco.
_ El factor activador de las plaquetas produce agregación plaquetaria, liberaci ón de histamina, brooncoconstricción, vasodilatación y aumento de la permeabilidad vascular. Además, tiene efectos proinflamatorios, como la quimioatracción y la desgranulación de los neutrófilos.
2. Citocinas: reclutan y activan a células, inflamatorias, parecen producidas
por los mastocitos (factor de necrosis tumoral (TNF)-a, IL-1, IL-3, IL-4, IL-5,
IL-6, GM-CSF y quimiocinas). El (TNF)-a es una potente citosina proinflamatoria que recluta y activa muchas células in_amatorias. Las células así
reclutadas liberan nuevas citocinas. En la respuesta tardía, los eosinófilos
adquieren una especial importancia y las citocinas (IL-3, IL-5 y GM-CSF)
procedentes de las células TH2 y de los mastocitos favorecen su supervivencia.
Las células epiteliales activadas por el TNF-a secretan las quemocinas
eotaxina y RANTES, con propiedades quimiotácticas para los eosinófilos.
Estos últimos intervienen en la lesión tisular a través de la proteína básica
principal y la proteína catiónica eosinófia.
Mediador Función
IL-3 Estimula la proliferación de los mastocitos
IL-4, IL-13 Estimulan y amplifican la respuesta de células TH2
IL-3, IL-5, GM-CSF Estimulan la producción y la activación de los eosinó_los
TNF-a Estimula la inflamación y la producción de citoquinas por muchos tipos celulares y activa el endotelio
MIP-1a Quimiotaxis de los leucocitos
La anafilaxia es una situación clínica grave infradiagnostica, y por consiguiente, el tratamiento inmediato correcto con adreanlina no se realiza con la frecuencia deseada.
Comúnmente se define la anafilaxia como un síndrome clínico de potencial riesgo vital caracterizado por su rápida instauración y sus manifestaciones multisistémicas. Este cuadro clínico se produce como resultado de la acción de mediadores químicos liberados de forma súbita por mastocitos o basófilos. Esta liberación puede producirse como consecuencia de un mecanismo inmunológico IgE mediado un mecanísmo no inmunológico
- ANAFILAXIA SISTÉMICA
Es típico que la anafilaxia sistémica se desencadene tras la administración oral o parenteral de alergenos, como antisueros, fármacos, hormonas o enzimas.
Su gravedad depende del grado previo de sensibilización por lo que, en huéspedes adecuados, dosis incluso minúsculas pueden provocar un shock. Minutos después de la exposición se producen prurito, urticaria y eritema, seguidos de brooncoconstricción y edema laríngeo, que progresan hacia la obstrucción laríngea, el shock y la muerte en minutos u horas.
En la autopsia se encuentran edema y hemorragia pulmonar (reflejo del aumento de la permeabilidad vascular), hiperdistensión bronco-alveolar y dilatación del ventrículo derecho (reflejo de la vasoconstricción pulmonar).
De este modo la anafilaxia sistémica, especialmente en su forma letal, es muy rara en el hombre; actualmente la gran mayoría de los casos se deben a la alergia a la penicilina y el resto de picaduras de insectos (particularmente las abejas y los alacranes) o a la administración intravenosa de sustancias radiopacas.
- ANAFILAXIA LOCAL (ALERGIAS ATÓPICAS)
Un ejemplo claro de éste tipo de reacciones es la denominada alergia atópica.
La atopia es una predisposición hereditaria al desarrollo de respuestas locales de tipo I frente a alergenos inhalados o ingeridos. Entre estos alergenos encontramos el polen, la caspa de animales, el polvo casero, el pescado y otros.
Afectan al 10% de la población y se manifiesta por urticaria, angioedema, rinitis y asma (alteraciones descritas en otros lugares).
Los genes probablemente relacionados con la atopia se encuentran en 5q21, lugar donde se localizan muchos de los genes de las citocinas de tipo TH2.
HIPERSENSIBILIDAD DE TIPO II: CITOTÓXICA.
La hipersensibilidad de tipo II depende de los anticuerpos dirigidos contra antígenos intrínsecos o extrínsecos que se encuentran sobre la superficie celular o en otros componentes tisulares, en ambos casos la reacción de hipersensibilidad se debe a la unión de los anticuerpos a los antígenos, normales o alterados, de la superficie celular.
La lesión posterior se produce por alguno de los mecanismos
siguientes:
1. Reacciones dependientes del complemento: se producen bien por lisis directa, a través del complejo de ataque de membrana (MAC) formado por los componentes C5-9 del complemento, bien por opsonización (facilitación de la fagocitosis), como consecuencia de la fijación de fragmentos C3b, bien por lisis directa. Este tipo de hipersensibilidad de tipo II afecta
sobre todo a las células sanguíneas (eritrocitos, leucocitos, plaquetas), pero los anticuerpos también pueden actuar sobre estructuras extracelulares (por ejemplo, membranas basales glomerulares, en la nefritis anti-membrana basal glomerular).
Como ejemplos clínicos podemos citar:
_ Reacciones transfusionales: anticuerpos del receptor dirigidos contra ant ígenos eritrocitarios incompatibles de la sangre del donante.
_ Eritroblastosis fetal: anticuerpos IgG maternos (capaces de atravesar la placenta) dirigidos contra los antígenos eritrocitarios fetales.
_ Trombocitopenia, agranulocitosis o anemia hemolítica autoinmunitarias: autoanticuerpos frente a las células de la propia sangre.
_ Reacciones frente a algunos fármacos: anticuerpos contra fármacos que forman complejos con antígenos eritrocitarios u otras proteínas.
_ Enfermedad de Goodpasture: anticuerpos contra componentes de las membranas basales renales y pulmonares.
2. Citotoxicidad de tipo celular dependiente de los anticuerpo (ADCC):
Este tipo de lesión celular mediada por anticuerpos no implica la fijación del complemento sino que, por el contrario, exige la cooperación de los leucocitos.
Las dianas, con bajas concentraciones de anticuerpo unido (IgG o IgE) son lisadas (sin fagocitosis) por células no sensibilizadas que disponen de receptores Fc (monocitos, neutrófilos, eosinófilos y células citolíticas naturales (NK). La ADCC podría ser importante en las parasitosis o en los tumores, y también desempeña un papel preponderante en el rechazo de los trasplantes.
Es importante destacar que este tipo de reacciones además están implicadas en la patogenia de numerosas enfermedades de carácter autoinmune, donde anticuerpos dirigidos contra antígenos propios (autoanticuerpos) atacan y destruyen diferentes tipos de tejidos. Entre estas patologías destacan las del sistema hematopoyético, anemia hemolítica, púrpura trombopénica y neutropenias autoinmunes.
La hipersensibilidad de tipo III está mediada por complejos antígeno-anticuerpo (inmunocomplejos) que se forman en la circulación o en localizaciones extravasculares, donde se depositan antígenos; éstos pueden ser exógenos (agentes infecciosos) o endógenos. La lesión posterior se debe a la activación de diversos mediadores séricos, especialmente el complemento.
La reacción tóxica comienza cuando el antígeno se combina con el anticuerpo, ya sea en la circulación (inmunocomplejos circulantes), ya sea en localizaciones extravasculares en las que haya depositado el primero (inmunocomplejos in situ).
Las reacciones de hipersensibilidad tipo II y tipo III son bastante parecidas. En ambas los inmunocomplejos pueden ser IgG o IgM, pero la diferencia fundamental es que el antígeno de las de tipo III es soluble y en las de tipo II se encuentra en la superficie celular. En todo caso, puesto que la acción perjudicial del anticuerpo (Ac) requiere su unión con el antígeno (Ag) formando complejos Ag-Ac, cabe englobar los fenómenos de inmunopatogenicidad mediada por anticuerpos bajo la denominación de lesiones o trastornos por complejos inmunes o inmunocomplejos.
Expresamente se excluyen de esta consideración las reacciones de mecanismo Anafiláctico, mediados por anticuerpos de clase IgE.
Su mecanismo fisiopatológico deriva de:
1. La interferencia física
2. La inflamación en el sitio de formación o de depósito de los inmunocomplejos
3. La citotoxicidad, entendiendo como tal cualquier forma de afectación estructural de las células.
4. La opsonización, por el anticuerpo sólo o por fijación, mediada por anticuerpos,
de los primeros componentes del complemento.
5. La alteración funciona
HIPERSENSIBILIDAD DE TIPO IV: DE TIPO CELULAR.
La hipersensibilidad de tipo IV se pone en marcha por la acción de linfocitos T específicamente sensibilizados, e incluye la hipersensibilidad de tipo retardado iniciadas por células TCD4+ y la citotoxicidad mediada por las células TCD8+.
El patrón de respuesta inmunitaria fundamental frente a diversos agentes microbianos intracelulares, especialmente el Mycobacterium Tuberculosis y también frente a numerosos virus, hongos, protozoos y parásitos. También son reacciones de hipersensibilidad mediada por células las denominadas dermatitis de contacto por sustancias químicas.
Mediadores químicos derivados de células cebadas o basófifios que explican
HIPERSENSIBILIDAD DE TIPO RETARDADO:
La hipersensibilidad de tipo retardado es el patrón principal de respuesta a Mycobacterium tuberculosis, hongos, protozoos y parásitos, así como a la sensibilidad cutánea por contacto. Este tipo de hipersensibilidad contribuye, asimismo, al rechazo de los trasplantes. Se trata de una reacción mediada por las células CD4+ (TH1), que secretan citocinas específicas, cuando se encuentran frente a un antígeno procesado asociado al complejo principal de histocompatibilidad (MHC, major histocompatibility complex) de clase II. La IL-2, secretada por los macrófagos que han ingerido microbios u otras partículas antigénicas, facilita la inducción de la respuesta TH1. Las células TH1 producen diversas citocinas, como el interferón (IFN)-g, la IL-2 y el TNF-a. Estas citocinas intervienen en la producción de la lesión a través del reclutamiento y activación de monocitos y macrófagos sin especificidad antigénica. Si los antígenos persisten, o no pueden degradarse, el infiltrado inicial inespecífico de células T y macrófagos es sustituido por macrófagos que se transforman en células epiteliodes, con lo que acaban formándose granulomas focales.
CITOTOXICIDAD MEDIADA POR LAS CÉLULAS T:
El patrón de respuesta más importante en muchas infecciones virales y frente a las células tumorales es la producción de linfocitos TCD8+ citotóxicos (LTC).
Los LTC contribuyen también al rechazo de los trasplantes. Estas células reconocen a los antígenos procesados que se presentan asociados al MHC de clase I. La lesión producida por los LTC se efectúa a través de las vías perforina granzima y Fas-Fas L.
Rechazo de trasplantes
Lo describimos aquí porque en él parecen intervenir varias de las reacciones de hipersensibilidad ya expuestas anteriormente. Uno de los objetivos de la investigación inmunológica actual consiste en lograr el trasplante satisfactorio de tejidos al hombre sin que aparezca el rechazo inmunitario. Aunque en este momento, la experiencia quirúrgica sobre trasplantes de piel, riñón, corazón, pulmones, hígado, bazo, médula ósea y órganos endocrinos esta perfectamente dominada, deja muy atrás a la capacidad para hacer que el receptor acepte de forma permanente el injerto extraño.
Por definición, los antígenos de trasplantes son los que afectan la supervivencia de los injertos intercambiados entre individuos genéticamente distintos, sean de la misma o de diferentes especies.
El rechazo es un proceso complejo real en el que intervienen tanto la inmunidad de tipo celular como los anticuerpos circulantes; además las contribuciones relativas de los dos mecanismos varían de unos injertos a otros, lo que a menudo se refleja en las características histológicas de los órganos rechazados.
Las células T CD8+ y CD4+ reaccionan frente a los antígenos MHC procesados de los injertos. Las consecuencias de esta reacción son una citólisis directa mediada por los LTC u una lesión de la microvascularización, isquemia del tejido y destrucción mediada por los macrófagos. En determinadas circunstancias, las respuestas mediadas por anticuerpos también son importantes y consisten en lesión de las células endoteliales con la consiguiente vasculitis. En general, este patrón de rechazo responde mal a los fármacos inmunosupresores.
RECHAZO HIPERAGUDO:
Es por fortuna un evento muy raro; la catástrofe se observa sobre todo en mujeres multíparas y en individuos que reciben un segundo aloinjerto, o bien en caso de incompatibilidad entre el receptor y el aloinjerto en el sistema ABO sanguíneo. Cuando el receptor ha sido previamente sensibilizado a los antígenos existentes en el injerto (una transfusión de sangre, un embarazo anterior, infecciones por microorganismos con reacciones cruzadas con el sistema HLA), se produce un rechazo hiperagudo inmediato, que se manifiesta en un plazo variable entre minutos y 1 ó 2 días, y en el que los anticuerpos circulantes preformados se unen a los antígenos en el lecho vascular del injerto, provocando una lesión mediada por el complemento y de tipo ADCC. El proceso es irreversible y si el órgano se deja in situ varios días, cuando finalmente se extirpa muestra trombosis venosa generalizada y necrosis extensa del parénquima.
RECHAZO AGUDO:
El rechazo agudo se produce a los pocos días del trasplante o tras la interrupci ón del tratamiento inmunosupresor. A él contribuyen, en grados diversos, tanto los mecanismos celulares como los humorales. El episodio se caracteriza clínicamente por fiebre, leucocitosis, hipertensión arterial,
El rechazo agudo celular se caracteriza por un infiltrado intersticial de células mononucleares (macrófagos, células plasmáticas células T, tanto CD4+ como CD8+). Los LTC CD8+ lesionan las células epiteliales de los túbulos y las endoteliales de los vasos. Las alteraciones secundarias a las células T CD4+ se deben a una reacción de hipersensibilidad retardada. Es típico que el rechazo celular responda rápidamente a los fármacos inmunosupresores.
La vasculitis por rechazo agudo de debe a los anticuerpos antidonante. Se produce durante los primeros meses siguientes al trasplante y provoca una vasculitis necrotizante con la consiguiente trombosis. También puede producirse una vasculitis subaguda, que causa el engrosamiento de la íntima por fibroblastos proliferantes y acumulación de macrófagos espumosos. El estrechamiento resultante de los vasos puede dar lugar a infartos
RECHAZO CRÓNICO:
El rechazo crónico se produce después de meses o años y se caracteriza por la pérdida progresiva de la función del órgano transplantado sin datos de rechazo agudo y generalmente a pesar de tratamiento inmunosupresor vigoroso. Actualmente es la forma más común de rechazo y sin embargo es la que menos se comprende.
Morfológicamente, las arterias muestran una densa fibrosis de la íntima, que es, probablemente, provoca la lesión isquémica del parénquima. A menudo, se encuentran un infiltrado intersticial mononuclear con numerosas células plasmáticas y eosinófilos.
ENFERMEDAD GENERALIZADA POR INMUNOCOMPLEJOS:
En esta enfermedad, los inmunocomplejos se forman en la circulación y se depositan en todo el organismo.
Enfermedad del suero aguda
La enfermedad del suero aguda es e prototipo y se debe a la administración de grandes cantidades de suero extraño (globulina antitimocito equina). Unos 5 días después de la inoculación del suero, los anticuerpos séricos anticaballo recién sintetizados se unen al antígeno extraño para formar inmunocomplejos circulantes. Los pequeños inmunocomplejos (formados inicialmente cuando hay un exceso de antígeno) circulan durante largos períodos y se unen, aunque con escasa avidez, a los fagocitos mononucleares. Los complejos se depositan en diversas paredes capilares o arteriolares, provocando una vasculitis. El aumento de la permeabilidad vascular secundario a la activación de las células inflamatorias, que tiene lugar cuando los inmunocomplejos se unen a los receptores de Fc o de C3b, favorece este depósito. Las células inflamatorias activadas liberan mediadores vasoactivos, entre ellos lascitocinas.
Entre los tejidos afectados se encuentran los glomérulos renales (con la consiguiente glomerulonefritis), las articulaciones (artritis), la piel, el corazón y las superficies serosas. Cuando la producción de anticuerpos persiste, acaban por formarse grandes inmunocomplejos (en situación de exceso de anticuerpos), que son eliminados por los fagocitos, acabando así
la enfermedad.
El depósito de inmunocomplejos activa la cascada del complemento, con:
_ Liberación de C3b, que favorece la opsonización.
_ Liberación de C5a (factor quimiotáctico), con lesiones secundarias mediadas
por los monocitos y los neutrófilos.
_ Liberación de C3a y C5a, que aumentan la permeabilidad vascular y
producen contracción del músculo liso.
_ Citólisis mediada por el MAC.
_ Disminución de los niveles séricos de complemento debido a su consumo.
Los inmunocomplejos provocan también la agregación de las plaquetas (con posterior desgranulación) y activan el factor XII (factor de Hageman). Así pues , en el proceso patológico intervienen también la cascada de la coagulación y los sistemas de cininas. Morfología: depósitos fibrinoides en la pared de los vasos con infiltración de neutrófilos y hemorragia y edema circundantes: vasculitis necrotizante aguda. También pueden encontrarse trombosis superpuesta y necrosis del tejido distal a la lesión.
Enfermedad del suero crónica
En la enfermedad del suero crónica, debida a una antigenemia recidivante o prolongada, se observan engrosamiento de la íntima y cicatrización vascular,parenquimatosa o de ambos tipos.
ENFERMEDAD LOCAL POR INMUNOCOMPLEJOS (REACCIÓN
DE ARTHUS)
:
En la enfermedad local por inmunocomplejos se produce una vasculitis tisular localizada y necrosis secundaria a:
_ La formación o el depósito local de inmunocomplejos.
_ La siembra de antígenos en un tejido determinado , con formación posterior in situ de inmunocomplejos.
Esta reacción puede producirse de manera experimental, inyectando el antígeno por vía intracutánea en huéspedes, previamente sensibilizados, que poseen los anticuerpos circulantes adecuados. El antígeno se deposita en las paredes vasculares e induce la precipitación de grandes inmunocomplejos (exceso de anticuerpo). La activación del complemento y de la cascada de la coagulación, así como de la agregación plaquetaria, causan la necrosis fibrinoide. La trombosis superpuesta puede provocar la necrosis del tejido.
También ha sido definido un Tipo V denominado hipersensibilidad estimuladora, mediada por anticuerpos antirreceptor, que en lugar de destruir la célula produce su estimulación. En cada uno de los tipos de hipersensibilidad participan de forma secuencial diferentes tipos de células y mediadores solubles
Disfunción celular mediada por anticuerpos: en algunos casos, los anticuerpos dirigidos contra los receptores de la superficie celular pueden alterar o modificar la función sin causas lesiones celulares ni inflamación. En la miastenia grave, los anticuerpos contra el receptor de la acetilcolina alteran la transmisión neuromuscular, y en la enfermedad de Graves, los anticuerpos contra el receptor de la hormona estimulante del tiroides contribuyen a la hiperfunción tiroidea.
La enfermedad de Graves se ajusta a la condición de enfermedades genéticas multifactoriales, por interacción de un componente poligénico y otro ambiental, de tal forma que personas predispuestas genéticamente (sobre todo mujeres), después de exponerse a factores precipitantes o desencadenantes (infecciones bacterianas, virales, stress, yoduros, hormonas esteroideas, Rx ), se rompe la tolerancia inmunológica y se inicia el proceso autoinmune.
Los sitios de interacción de autoanticuerpos contra el receptor de TSH son los epítopes determinados por la estructura terciaria del receptor. En el 80-100% de los pacientes con enfermedad de Graves no tratados se detectan estos anticuerpos frente a TSHR, biológicamente activos. Tras el reconocimiento del antígeno por el linfocito T se desencadena el proceso autoinmune a través de segundos mediadores como son las moléculas de adhesión y las citoquinas, tras lo cual tiene lugar la activación y proliferación de células B, quienes son las responsables de la síntesis de los autoanticuerpos.
La activación inmunológica de las células T específicas de tiroides induce, siempre en presencia de una adecuada segunda señal mediada por citoquinas, una estimulación y proliferación de células B, que a su vez origina la producción oligoclonal de anticuerpos dirigidos contra el receptor tiroideo de TSH. Estos anticuerpos pueden tener acción activadora o bloqueante de dicho receptor; cuando predominan funcionalmente los de acción estimulante se produce la consiguiente estimulación en la síntesis de hormona tiroidea, lo que da lugar a la presentación del cuadro clínico de hipertiroidismo.
http://www.med.ufro.cl/Recursos/Patologia/CursoPatologiaGeneral/Patologia2001/Cd/cd15de.htm
Tipos de reacciones de hipersensibilidad
Alfredo Minguela Puras
C. Rodríguez Cámara & D. Miguel